Ella se llama Dayana Mendoza y es venezolana tiene de 22 años, y fue coronada como la nueva Miss Universo 2008, este evento se realizo este año 2008 en Vietnam.

Aqui las fotos de Dayana Mendoza la nueva Miss Universo 2008:

Madrugonazo, esa es la palabra que describe fielmente lo que fue para quien esto escribe la obtención de la quinta corona del Miss Universo por parte de Dayana Mendoza. Lo confesamos en la breve reseña de antier: ni siquiera teníamos planeado ver el concurso, y fue en medio del desfile en traje de baño cuando lo sintonizamos. Pero no sólo fue eso, sino que por andar pendiente de muchísimas otras cosas y haber perdido el hábito de leer la prensa de espectáculo, no le habíamos puesto ni medio milímetro de atención a ella, ni nos habíamos percatado del gran favoritismo del que gozaba Dayana allende mares.

Favoritismo que, ¡por fín!, se vio confirmado en el resultado final como no pasaba desde hace 12 largos años, tiempo que fue suficiente para hacernos perder la fe en el concurso y su resultado, no porque nuestras candidatas no tuviera con qué, sino por la acción de una misteriosa y oscura fuerza del universo, la pava Macha(do). Creo que ahondar sobre eso es llover sobre mojado, pero no deja de ser curioso que con un Trump Jr, en el jurado, hayamos vuelto a ganar. ¡Es que lo merecíamos!

Aunque por allí están los trasnochados de siempre espantados y echando pestes con respecto a este tipo de concursos y el manejo que en él se le da a la mujer, creo que para la mayoría de los venezolanos el que la mujer más hermosa del mundo se encuentre en nuestro país, significa una gran alegría. Al menos se le sube un poco el autoestima a este vapuleado y sufrido pueblo, que desde hacía cierto tiempo no veía reivindicado ese cliché que nos definía como el país de “mujeres hermosas y béisbol”. Falta lo segundo, y lo podríamos obtener en el venidero mundial, si es que se logran poner de acuerdo con los managers, pero eso es harina de otro costal. Mientras tanto, ¡a celebrar!
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DAYANA, LA REBELDE Y ESPONTÁNEA

Dayana Mendoza se llama la nueva soberana de la belleza universal. Caraqueña nacida en 1986, de 1,76 de estatura y unos deslumbrantes ojos verdes. Me cuenta una urraquita que la nena vivía por los lados de El Marqués cuando pequeña, y fue descubierta por un aficionado por cosas del azar. Su carrera dentro del modelaje empezó a la corta edad de los 15 años, y sus deslumbrantes condiciones hicieron que apenas terminara el bachillerato agarrara sus corotos un día y se fuera a probar suerte a Nueva York. Atrás dejó Caracas, familia, y todo lo demás, en una aventura extrema que la ayudó a independizarse y crecer como modelo. Poco a poco fue escalando posiciones dentro del frío y glamoroso mundo del modelaje hasta que se llegó a cotizar, tanto que cuando sus amigos le dijeron que fuera al Miss Venezuela ella lo dudó bastante y se hizo de rogar, al punto que tuvo a Osmel Sousa durante 3 años tras ella para convencerla que participara en el concurso. Y es que después de haber pisado parte de las más grandes pasarelas del mundo, el Miss Venezuela era visto por ella como un concurso folklorico y muy poco atractivo.

Pero aceptó y fue. Me cuentan que más por probar suerte y vivir la experiencia que por otra cosa. Tenía curiosidad por saber de primera mano que era eso del Miss Venezuela, y qué se sentía ser Miss, de allí que confesara que a su padre le dijo: "Si entro al Miss Venezuela es para ganar”. Era una meta, más no el sueño de toda la vida, por eso cuando en los ensayos Osmel Sousa las regañaba y les decía que no servían, ella lo tomaba como un reto para demostrar que sí podía, pero siempre dentro del marco de esa falta de voluntad que caracteriza a las personas cuando no arriesgan nada. De allí que muchas veces le sacara canas verdes a Sousa y su gente con su indisciplina, o por llamarlo de otra forma, su libre deseo de hacer lo que le diera la gana, desde irse a fumar sin permiso, hasta, después de estar maquillada por la organización, lavarse la cara y llamar a última hora a su querido Jesús Morales para que la volviera a pintarrajear a su gusto, como sucedió en la elección del Rostro Ebel. Simplemente un alma libre, una muchacha que trataba de ser común y corriente en un ambiente frívolo y difícil.

Y quizás allí estuvo el secreto. Trató de ser lo más natural posible, no se enguerrilló con absolutamente nadie, vivió el concurso como se vive cualquier otra experiencia y terminó ganando.

Su victoria complació mucho a Osmel quien vio en ella una clara y potencial candidata con reales posibilidades de coronarse Miss Universo, que con unos pequeñitos retoques era simplemente perfecta, y es físicamente Dayana lo tenía todo. Tanto así que una persona que tiene años y años trabajando en la Organizacion Miss Venezuela, frente a cuyos ojos han pasado cientos y cientos de misses me confesó: “ésta es una de las pocas misses que es linda y se ve perfecta aún sin maquillaje”. No se diga más, consumatum est.

Sin embargo, tomando en cuenta que la mayoría de las participantes cursaban carreras universitarias, el aspecto intelectual y académico poco la favorecía. Por andar haciéndose modelo allende mares, su formación académica se quedó estancada en el bachillerato, y aunque la experiencia de andar pisando las pasarelas del mundo le dejó como legado dominar varios idiomas, no era suficiente. Ni para la Organización ni para ella, que sabe que la belleza es efímera y por eso, aunque ahorita no podrá, tiene como meta alcanzar algún logro profesional, que en medio de su indecisión se mueve, según allegados, entre el diseño de interiores y la comunicación social.

Otro punto a fortalecer era el de la oratoria. Dayana era simpática, espontánea…pero se volvía un ocho con las preguntas. Ocurría en ella un cortocircuito que impedía que hubiera coherencia entre lo que se le preguntaba y lo que respondía. No se quedaba callada, pero contestaba lo que no era. Osmel la metió en un curso intensivo con el profesor de oratoria de las misses, el mismo que mi Igualada comadre -¿qué será de su vida?- bien conoce porque ella lo pilló con cámara y todo en pleno discurso anti prensa –“es su enemiga, cuídense de ella y no le hablen” vociferaba el nene en la cinta paparazzi-. Bueno, después de largas y largas sesiones, algo se logró en ese aspecto con Dayana, por lo que Osmel respiró hondo, dijo que era la candidata en la que más confiaba después de Alicia Machado, y partió a Vietnam esperando otra corona, esa que Dayana, la que no soñaba ser Miss Venezuela, la rebelde, la espontánea, le dio.
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EL SECUESTRO

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Hay un hecho que marcó parte de la vida de Dayana Mendoza y del cual no habla mucho, pero una que es periodista busca las fuentes y averigua todo: en el año 2007 fue víctima, junto a su novio, de un secuestro express. Eran las 10 PM de un domingo cualquiera y ambos se desplazaban por la cota mil rumbo a la casa de ella, despues de haber ido al cine. En medio del trayecto un carro se les atravesó, se paro y los obligó a detenerse. En cuestión de segundos de él se bajaron un par de delincuentes, se montaron en la camioneta del novio y los tuvieron secuestrados por unas cuantas horas. Los ruletearon por toda Caracas y a punta de terror psicológico, -que no físico, ¡Gracias a Dios!-, les hicieron pasar las horas más largas y angustiosas de sus vidas, hasta que los dejaron abandonados en la Francisco Fajardo vía Caricuao. En medio de la nada, sin celular, y con una irrisoria cantidad de dinero que los caritativos hampones les dejaron, caminaron y caminaron hasta que un taxista los socorrió.

Esta experiencia, como es lógico, la marcó profundamente al punto que Dayana aún llora recordándola. De allí que entre allegados dijera que de obtener la corona del Miss Universo, una de sus metas sería llevar un mensaje alrededor del mundo contra la violencia y el secuestro. Tiene la batuta en sus manos.
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